Sábado 23 de Julio de 2016
22:30 horas
Auditorio de Buñol
I PARTE
“Grande Symphonie fúnebre et triomhale”, Op.15 H.Berlioz
1. Marche Funèbre (Funeral March)
2. Oraison funèbre (Funeral Oration)
3. Apothéose (Apotheosis)
II PARTE
La victoria de Wellington, Opus 91 L. van Beethoven
Obertura 1812, Op. 49 P. L. Tchaikovsky
Himno a Buñol
Director: Henrie Admas
luis Hector Berlioz (La Côte-Saint-André, Francia, 11 de diciembre de 1803 – París, 8 de marzo de 1869) fue un compositor francés y figura destacada del romanticismo. Su obra más conocida es la Sinfonía fantástica (estrenada en 1830). Berlioz fue un gran orquestador y la influencia de su música fue extraordinaria.
Berlioz nació en Francia en La Côte-Saint-André, entre Lyon y Grenoble. Su padre era médico (fue un aficionado a la acupuntura) y envió al joven Héctor a París a estudiar medicina. Berlioz quedó horrorizado por el proceso de disección y a pesar de la desaprobación de su padre, abandonó la carrera para estudiar música. Asistió al Conservatorio de París, donde estudió composición y ópera, quedando muy impresionado por la obra y las innovaciones de su maestro Jean-François Lesueur.
Rápidamente se sintió identificado con el movimiento romántico francés. Entre sus amigos estaban los escritores Alejandro Dumas, Victor Hugo y Honoré de Balzac.
Berlioz estuvo muy influido por la literatura. En su Sinfonía fantástica, se inspiró en la obra de Thomas de Quincey: Confesiones de un consumidor de opio. Para La maldición de Fausto se basó en la traducción hecha por Gérard de Nerval sobre el Fausto de Goethe; Harold en Italia, está basada en Las peregrinaciones de Childe Harold, de Byron; Benvenuto Cellini, sobre la autobiografía de Cellini; Romeo y Julieta, obviamente en la obra de Shakespeare, Romeo y Julieta; su magnum opus Les Troyens se inspira en la Eneida de Virgilio; la comedia Béatrice et Bénédict sobre otra obra de Shakespeare, Mucho ruido y pocas nueces.
Aparte de sus influencias literarias, Berlioz se fijó en los himnos de su maestro Jean-François Lesueur e imitó mucho a Beethoven, en aquel tiempo desconocido en Francia. También mostró reverencia a los trabajos de Gluck, Mozart, Étienne Méhul, Carl Maria von Weber y Gaspare Spontini.
En 1844, Héctor Berlioz compuso la primera obra que se conoce para saxofón, que es el sexteto Canto Sagrado, y que fue estrenada el 3 de febrero de 1844 bajo la batuta del propio Berlioz y con Adolphe Sax en la interpretación de su saxofón.
Héctor Berlioz toma de Beethoven la teatralidad, dejando de lado lo que se refiera a un modelo de desarrollo temático. No hay rasgos folklóricos en Berlioz; sin embargo, su Romeo y Julieta o su Sinfonía Fantástica son imperfectamente beethovianas y muy francesas.
Grande Symphonie funèbre et Triomphale (Inglés: Gran fúnebres y triunfal Symphony), op. 15, es la cuarta y última sinfonía del compositor Hector Berlioz , estrenada el 28 de julio 1840 en París . Esta sinfonía es una de los primeros ejemplos de una sinfonía compuesta para banda de viento .
El gobierno francés encargó un sinfonía para las celebraciones por el décimo aniversario de la Revolución de Julio que había llevado a Louis-Philippe al poder,y para el que fue erigida la columna de julio en la Plaza de la Bastilla . Berlioz tenía poca simpatía por el régimen, pero dio la bienvenida a la oportunidad de escribir la obra porque el gobierno le había ofrecido 10.000 francos por ella. El militaire Symphonie (más tarde rebautizado Symphonie funèbre et Triomphale),en lugar de seguir el modelo que Berlioz había establecido en Romeo y Julieta , representa un retorno a un estilo pre-Beethoveniano, una vuelta al estilo de música t ceremonial y monumental. Berlioz afirmaba haber completado la partitura completa en tan sólo 40 horas, para ello recogió la mayor parte del material musical que tenía sin terminar para este Grande Symphonie funèbre et Triomphale.
El primer movimiento, el "Marcas funèbre", se construye a partir de la Fiesta musicale funèbre à la mémoire des hommes Illustres de la France, una composición que comenzó en 1835 con la esperanza de venderlo al gobierno francés.
El segundo movimiento Funèbre oraison (oración fúnebre) en él Berlioz reutiliza un aria del tercer acto de su ópera que abandonó: Les francos-Juges. Destaca la parte de voz solista de un trombón.
El tercer movimiento la Apothéose (apoteosis) Una marcha triunfal brillante en si bemol mayor, con un final coral opcional. Berlioz encargó Antony Deschamps en 1842 que escribiera la letras para ser cantados por coros al final del movimiento final (Apothéose) de la sinfonía.
Originalmente instrumentada para una banda de viento de 200 intérpretes tocando en marcha, la obra se convirtió en un éxito total. Berlioz revisó la partitura en enero de 1842, añadiendo una parte opcional para sección de cuerda y un coro final para un texto de Antonio Deschamps. Richard Wagner asistió a una actuación de esta nueva versión en la Salle Vivienne el 1 de febrero de 1842. El 5 de febrero, le dijo a Robert Schumann que encontró pasajes en el último movimiento de la sinfonía de Berlioz tan "magníficos y sublimes que nunca podrán ser superados.
Ludwig van Beethoven (Bonn, 16 de diciembre de 17702 -Viena, 26 de marzo de 1827) fue un compositor, director de orquesta y pianista alemán. Su legado musical abarca, cronológicamente, desde el Clasicismo hasta los inicios del Romanticismo musical. Es considerado generalmente como uno de los compositores más preclaros e importantes de la historia de la música y su legado ha influido de forma decisiva en la evolución posterior de este arte.
Siendo el último gran representante del clasicismo vienés (después de Christoph Willibald Gluck, Joseph Haydn y Wolfgang Amadeus Mozart), Beethoven consiguió hacer trascender la música del Romanticismo, influyendo en diversidad de obras musicales del siglo XIX. Su arte se expresó en numerosos géneros y aunque las sinfonías fueron la fuente principal de su popularidad internacional, su impacto resultó ser principalmente significativo en sus obras para piano y música de cámara.
Su producción incluye los géneros pianístico (treinta y dos sonatas para piano), de cámara (incluyendo numerosas obras para conjuntos instrumentales de entre ocho y dos miembros), concertante (conciertos para piano, para violín y triple), sacra (dos misas, un oratorio), lieder, música incidental (la ópera Fidelio, un ballet, músicas para obras teatrales), y orquestal, en la que ocupan lugar preponderante nueve sinfonías.
Fue hijo y nieto de músicos, por lo que su padre le inició en este arte. Intentando emular a Mozart, su padre Johann le instruyó musicalmente de una forma severa, lo que impulsó el fracaso del joven Beethoven presentado como niño prodigio en actuaciones públicas. Incluso su verdadera edad era ocultada para impresionar aún más al público. La disposición sin embargo que Beethoven sentía por la música, hizo que se volcara totalmente en ella, a pesar de las numerosas palizas que le propinaba su padre levantándolo de la cama para sentarlo ante el clave. Incluso se cuenta que le reñía severamente cuando lo oía improvisar. Gracias a un músico llamado C.G. Neefe (que fue quien valorando su talento publicó sus primeras notas), entre 1782 y 1783, Beethoven entró en el teatro de la corte en calidad de ayudante suyo, donde pudo acceder a numerosos ensayos de las óperas que allí se representaban.
En 1784 el Maximilian Franz, príncipe elector, lo nombró organista de su Capilla con un sueldo de 150 florines anuales, a lo que siguió un viaje a Viena a los 16 años. Allí conoció a numerosos autores, y es muy probable que tocara ante Mozart. Tras esta breve introducción en esta ciudad, regresó a su ciudad natal, donde los problemas familiares (muerte de su madre y padre) marcaron esa época. Durante ese tiempo compuso su primera obra personal, "Cantata a la muerte de José II", que nunca fue interpretada. Allí Beethoven mantuvo también numerosos contactos con Haydn, quien fue su maestro, aunque la relación con este último no fuera del todo tranquila.
En 1792, Beethoven vuelve a Viena, donde encontrará su estabilidad como compositor. En aquella época Viena era una ciudad muy musical, con gran producción de compositores, y el genio se instaló rápidamente ganado fama y admiración, imprimiéndose sus nuevas obras y debutando como gran pianista. En 1796, Beethoven era ya requerido para tocar en otras ciudades, incluso tocó ante reyes melómanos con éxito (Federico Guillermo II). Por fin en 1800 dio su primer concierto, pero poco después empezó a notarse él mismo el comienzo de la pérdida de audición.
Aquí comienzan las angustias de un Beethoven que poco a poco no iba a actos públicos para que nadie se percatara de tal hecho, aunque el avance de su enfermedad le obliga a retirarse de la dirección como hasta ahora venía haciendo. Entonces se vio obligado a comunicarse por medio de notas (cuadernos de conversación, de los cuales se conservan la mitad). El compositor comenzó a refugiarse en sí mismo, teniendo una explosión creadora increíble, estrenando sus sinfonías con gran éxito, la ópera Fidelio (con una acogida más fría), sonatas, cuartetos... aumentando la admiración y popularidad de la que ya gozaba, hasta llegar a la cima en el estreno de su 9ª Sinfonía y Misa Solemnis (1824), ante una sala abarrotada.
Beethoven continuaba empeorando de salud, y en los últimos meses de su vida, compuso lo que los estudiosos piensan que son sus mejores obras, los últimos cuartetos de cuerda, innovadores en su tiempo.
Una neumonía desencadenó a finales de 1826 una serie de problemas que le ocasionaron la muerte el 26 de marzo de 1827. A su entierro acudieron 20.000 personas, y se subastaron la mayoría de sus manuscritos y pertenencias.
Wellingtons Sieg (en castellano La Victoria de Wellington o también La Batalla de Vitoria), opus 91, es una obra orquestal de Ludwig van Beethoven compuesta en 1813 para celebrar la victoria de las tropas británicas, españolas y portuguesas, comandadas por el Duque de Wellington Sir Arthur Wellesley, sobre el ejército francés en los alrededores de la ciudad de Vitoria el 21 de junio de ese mismo año.
Tchaikovsky, Piotr Ilich Chaikovski (Vótkinsk,1840-San Petersburgo,1893.) fue un compositor ruso del período del Romanticismo. Es autor de algunas de las obras de música clásica más famosas del repertorio actual, como por ejemplo: los ballets El lago de los cisnes y El cascanueces, la Obertura 1812, la obertura-fantasía Romeo y Julieta, el Primer concierto para piano, el Concierto para violín, sus sinfonías Cuarta, Quinta y Sexta y la ópera Eugenio Oneguin.
Nacido en una familia de clase media, la educación que recibió Chaikovski estaba dirigida a prepararle como funcionario, a pesar de la precocidad musical que mostró. En contra de los deseos de su familia, decidió seguir una carrera musical y en 1862 accedió al Conservatorio de San Petersburgo, graduándose en 1865. La formación que recibió, formal y orientada al estilo musical occidental, lo apartó del movimiento contemporáneo nacionalista conocido como el «Grupo de los Cinco» conformado por un grupo de jóvenes compositores rusos, con los cuales Chaikovski mantuvo una relación profesional y de amistad a lo largo de su carrera.
Mientras desarrollaba su estilo, Chaikovski escribió música en varios géneros y formas, incluyendo la sinfonía, ópera, ballet, música instrumental, de cámara y la canción. A pesar de contar con varios éxitos, nunca tuvo mucha confianza o seguridad en sí mismo y su vida estuvo salpicada por las crisis personales y periodos de depresión. Como factores que quizá contribuyeron a esto, pueden mencionarse su homosexualidad reprimida y el miedo a que se revelara su condición, su desastroso matrimonio y el repentino colapso de la única relación duradera que mantuvo en su vida adulta: su asociación de 13 años con la rica viuda Nadezhda von Meck. En medio de esta agitada vida personal, la reputación de Chaikovski aumentó; recibió honores por parte del zar, obtuvo una pensión vitalicia y fue alabado en las salas de conciertos de todo el mundo. Su repentina muerte a los 53 años suele atribuirse generalmente al cólera, pero algunos lo atribuyen a un suicidio.
A pesar de ser popular en las audiencias de todo el mundo, Chaikovski recibió a veces duras críticas por parte de críticos y compositores. Sin embargo, su reputación como compositor de importancia es hoy en día segura, y ha desaparecido por completo el desdén con el que los críticos occidentales a principios y mediados del siglo XX catalogaban su música como vulgar y falta de pensamiento.
La Obertura 1812, Op. 49 es una obertura romántica escrita por el compositor ruso Pyotr Ilyich Tchaikovsky en 1880. La pieza fue escrita para conmemorar la victoriosa resistencia rusa en 1812 frente al avance de la Grande Armée de Napoleón Bonaparte. La obertura fue estrenada en Moscú el 20 de agosto de 1882. La obra es reconocida por su final triunfal, que incluye una salva de disparos de cañón y repique de campanas.
En su visita a Estados Unidos en 1891, Tchaikovsky dirigió la obra en la inauguración del Carnegie Hall de Nueva York. Pese a que esta obertura no tiene relación con la historia de Estados Unidos, su ejecución suele ser una parte clásica de los festejos por la independencia norteamericana.
La Obertura 1812 puede ser interpretada como una representación literal de la campaña napoleónica en Rusia: en junio de 1812 el ejército francés compuesto por más de medio millón de soldados y casi 1200 piezas de artillería cruzó el río Niemen en Lituania. El Patriarca de la Iglesia Ortodoxa Rusa, consciente de que el ejército imperial ruso, inexperto y pobremente equipado, no podría hacer frente a la maquinaria de guerra más poderosa de su tiempo, convocó al pueblo a rezar por la liberación y la paz. El pueblo ruso respondió en masa, congregándose en las iglesias de toda Rusia para ofrecer sus oraciones para una intervención divina (representado por el himno religioso inicial). Las notas ominosas que suenan a continuación expresan la inminencia del conflicto y la preparación para la batalla, en un cruce entre la desesperación y un gran entusiasmo, seguido por los sones distantes de La Marsellesa representando el avance francés. Los dos ejércitos se encuentran en Borodino, y La Marsellesa se impone tras una dura lucha. El zar apela al espíritu ruso con una súplica elocuente, llamando a su gente a seguir adelante y defender a la Madre Rusia. Este pedido apasionado y la respuesta popular quedan plasmados en la pieza tradicional rusa que sigue. La marsellesa vuelve a elevarse, indicando el avance sobre Moscú por parte de las fuerzas francesas. Los rusos abandonan sus pueblos y ciudades en el camino a Moscú, dejando atrás tierra arrasada, y el crescendo de la música tradicional rusa va imponiéndose contra el himno francés, hasta que este choque llega a un punto elevado, indicando la caída de la última línea de defensa rusa, al tiempo que Moscú arde. En el momento de la toma de Moscú, cuando todo parece perdido, el himno religioso del inicio es oído de nuevo representando la intervención divina, que trae un invierno extremo para el que los franceses no estaban preparados. Las tropas invasoras comienzan su retirada, pero sus cañones, atrapados en el terreno congelado, son capturados por los rusos que los disparan para expulsarlos. En el final apoteósico los cañones son disparados en señal de triunfo, con el apoyo de las campanas de iglesia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario